un grito detrás de las piedras
del desierto de Allura. Un grito que, a tientas, trata de encontrarte, de
asirse de algo que le de algo de vida.
Duelen los ojos de mirar tanto llano, tanta desolación, tanta nada en soledad.
Entre todo esto busco alguna sombra, algo que me traiga de vuelta
tu mirada cariñosa de antaño, aquella chispa de amor en tus ojos,
ese aroma tan tuyo, esa suavidad exclusiva para mi en tu piel...
Lejanos quedaron aquellos días de misivas eternas, de caricias
fugaces, de furtivos encuentros. Lejanos, cuando llovían los
mensajes y los escritos, las melodías y los aromas. Más lejanos aún
aquellos besos con sabor a miel que solían depositarse y
cosquillear en mi cuello, en mi boca, entre mis cabellos.
Lejanas las charlas interminables, las risas confiadas, en aquellos
días donde el sol era nuestro techo y la luna nuestro momento afín.
Y aunque parezca risible y estúpido, duele.
Tanto como supongo ha de doler un dolor de oídos, como un
balazo en la entrepierna; duele tanto como una cama vacía y
un nudo en la garganta.
Siempre ansié encontrar alguna pizca de verdad en las personas
en las que confié a ciegas en algún momento.
Siempre quise cubrirte con mi alma y despejar todos los fantasmas
que me clavaban sus uñas afiladas en la espalda, para que tú y yo
fuéramos tan felices como al principio.
Siempre quise enterrarte en mi corazón de cristal para que
nunca te fueras.
No sé cuál fue el error. No entiendo donde caímos al bache.
Sólo comprendo que tenemos la llanta ponchada y no tengo
las fuerzas suficientes para cambiar la refacción..
Creo que necesito tus brazos.
La Luna ofrece un espectáculo infernal.
Brinda con sangre, por nosotros: llora sangre, por
lo que se ha perdido.
2 comentarios:
Esto no es guay... esto es gay.
He dicho
:( Grosera.
D.
No es gay, es real :)
Groseroooooooooo!
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