1.10.11

Quédate

Eres el Sol que nace por las mañanas cuando despierto. También eres la Luna que orgullosa extiende su haz plateado sobre mis noches solitarias.

Tu amor es el rincón donde encuentran consuelo mis penas ,y mis alegrías se regocijan. Eres mi fortaleza cuando caigo y mi sombra cuando el verano toca las puertas de la Tierra.

Cada detalle, cada sonrisa, cada frase, envuelve algo mágico, imposible de descifrar.

Algunas ocasiones te siento tan frágil, tan vulnerable… hay otras en que siento que eres duro como una roca, frío como una estatua de sal. También las hay en que te temo. ¿La razón? Yace sumergida en el fondo de mi ser, esperando algún día ser descubierta, como los vestigios de un sepulcro faraónico.

Pero eres como el viento que sopla rondando las calles, iluminándolas con su inmenso júbilo cuando escucho tu voz aunque sea a través de la línea telefónica. Cuando te leo, las mariposas que bailan eternamente en mi estómago y en mi cabeza se trastornan y entonces sí comienza la verdadera revolución sin límite dentro de mí.

Estoy consciente que debo retirar los frenos. Pero… necesito pautas, necesito saber cómo, dónde, y sobre todo, las razones que me impulsarán a hacerlo. Mi corazón ya no quiere actuar a ciegas ni a tientas. Lo comprendo.

Pero aún así: quédate conmigo. Vamos a volar sobre las nubes y enviar lanzas de fuego rumbo al infinito.

Quédate, que los sueños son cristales por donde se aprecia el tiempo a tu lado.

No hay comentarios: