A la bella ciudad de Guadalajara, donde hasta el cielo es
distinto:
En ti nací y renací. Bajo tu cielo pasé de niña a mujer,
abracé tus hojas y acaricié tu piel.
En ti convive todo lo que amo, lo que sueño, lo que creo
y lo que deseo.
Amo tu aroma, tus colores, tu geografía. Amo tus recuerdos,
tu soberbia, incluso tu lejanía.
Por volver a estar contigo, desharía el mundo y lo
construiría a tu lado, parte por parte y lentamente, para no volver a separarme
de ti jamás.
En tu cuerpo los colores son más intensos, las
sensaciones más palpables, los encuentros más inmensos.
Amo que siempre me recibas con los brazos abiertos, que
siempre, siempre tengas bonitos recuerdos para obsequiarme, a pesar de que más
de uno me saque las lágrimas de vez en cuando.
Ahora que ya no sólo soy yo, quisiera mostrarle a ella tu
belleza. Que aprenda a quererte como sólo tú te das a querer.
A pesar de lo que puedas creer, siempre te pienso y no,
no te he cambiado, eres la única y siempre será así.
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