11.10.11

Oficios nocturnos

Anoche yo necesitaba un fontanero.
Uno que repare fugas de ojos y de corazón.
La más grave es la del corazón, oiga.
¿Tiene pinzas?

Anoche también vino una estrella a susurrarme al oído
cosas que no quise escuchar.
De pronto me entraron unas ganas incontrolables
de escuchar sus susurros.
Ella me decía que había buenos fontaneros en la Luna.
¿Y allá para qué?
Yo tan sólo quisiera ser aunque sea una mínima parte
de lo que buscas...

De repente, tuve una congregación de estrellas apostadas
en mis hombros.
Todas venían cargadas con absurdas canciones de amor,
cursis sonetos rítmicos y demás artefactos ridículos.
Una a una iban recitando sus sonetitos mientras yo bostezaba
-para que ya se fueran-.
Comencé a aplaudir cuando una de ellas -la muy boba-
resbaló y cayó dentro del plato de sopa caliente.
Aplaudí frenéticamente hasta que todas las vocecitas
se fueron apagando. Todas me quedaron mirando con ojos
como platos e iniciaron la retirada.
[PRIMER OBJETIVO: Llevado a cabo satisfactoriamente]
--Las corrí por cursis y tontas--

En eso, una vocecilla comenzó a inundar mis oídos
hasta llegar al volumen de una voz atronadora.
No entendía qué pasaba, pero aún así volteé a mi derecha
y ahí estaba un ente que osó auto-llamarse Leinani:
y empezó la letanía. Que si soy esto, que si soy lo otro, que yo
soy todo, que también fontanero... y así, bla, bla, bla.
Y sentí remordimientos de haber corrido a las pobres estrellas.
Las llamé y volvieron gustosas.
"Con tal de no seguir escuchando esta letanía, prefiero estas cursiladas"

De pronto, decidieron irse, dejándome inundada de colores rosas
y vomitivos.

Sigo necesitando al fontanero.
Urge.
Interesados llamar al... 044... bah!

No hay comentarios: