19.8.14

El vengador

¿Cuándo te convertiste en juez y verdugo?

Afuera todavía cantan los pajarillos que tarareaban delicadas notas,
mientras nos dábamos aquel primer y fogoso beso.
Bajo mi colchón todavía vive el pequeño dragón,
que resguardaba nuestros estallidos como un sabueso.

Sobre mi piel todavía caminan las arañas,
negras, rojas, cafés, que vivían en nuestros brazos.
Entre mis piernas aún navegan las quimeras,
que perdían la cabeza y nos coloreaban el amor.

¿Cuándo te convertiste en el vengador?

En mis oídos todavía resuenan tus poemas,
esas letras que solían llenar de flirteos mis ojos.
Dentro de mi pecho todavía vive este corazón,
dispuesto a amar al más valiente caballero.

¿Cuando te volviste aquél cabrón, burlón y vengador?
¿Quién te crees para usar así mi corazón,
que en tus brazos se graduó en las artes del amor?

Por mis venas todavía corre roja sangre,
que da vida a este cuerpo que arde,
se incendia en las brasas de lo que fuimos,
de lo que somos y ya no somos,
de lo que fuimos y no seremos,
de lo que somos, a pesar de todo.

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